El proscrito – Louise Cooper

Título original: El Proscrito  (The Outcast) Saga: El Señor del Tiempo #2  (Time Master #2) Libros anteriores: El iniciado #1  Autor: Louise Cooper Número de páginas: 354 páginas Editorial: Timun Mas Traducción: José Ferrer Aleu ISBN:  9788441302758 Año de edición:1996

 

“Para huir del terrible destino al que el Círculo lo había condenado, Tarod logra detener el péndulo que rige el ineludible fluir del tiempo. Y el tiempo deja de existir. Tarod, prisionero en un limbo sin ayer ni mañana, vive resignándose a su inmortalidad... cuando un warp, la terrible tempestad desencadenada por las fuerzas del caos, arrastra a dos seres humanos, un hombre y una mujer, hasta el Castillo de la península de la Estrella. Ella es Cyllan, una humilde boyera dotada de poderes parapsicológicos, y por la que Tarod sentirá un amor intenso y puro. Él, Drachea, el presuntuoso heredero del Margrave de la provincia de shu. Encerrados los tres en el Castillo, provocarán nuevos y terribles acontecimientos hasta lograr que el tiempo reemprenda su lento e inexorable camino.”

La sinopsis anteriormente citada no se corresponde con la edición del libro que he leído. Básicamente, porque mi edición carece de ella, y en su edición en goodreads viene en inglés. De esta forma, el libro está descatalogado por lo que es casi imposible encontrar cosas de él, así que aunque esta sinopsis también es de Timun Mas, no es de esta edición.

El  segundo comienza su acción justo después de los sucesos que cerraron el primer libro de la trilogía. Para mi gusto fue un final que, aunque conclusivo, te dejaba con ganas de ponerte cuanto antes con el siguiente volumen de la saga ya que, si bien se había quedado en un punto no álgido, sí que había muchas preguntas sin respuesta. Pero al principio me quedé un poco sorprendida porque no volvemos a leer sobre Tarod, por lo menos al principio.

¿Recordáis a una joven llamada Cyllan Anassan? ¿No? Deberíais. Aunque en el primer libro no tiene demasiado protagonismo, eso va a cambiar totalmente en este segundo libro. Cyllan es un personaje que al principio puede pasar desapercibido pero eso es algo que no creo que pase después de la lectura de este segundo libro. La acción comienza cuando Cyllan, junto a un noble, Drachea Rannak llegan accidentalmente al Castillo del Círculo donde Tarod se encuentra y la acción comienza.

Eso sí, a pesar de que el libro me ha encantado y me ha mantenido pegada a sus páginas de principio a fin, no puedo dejar de notar que, hacia la mitad del mismo, hay una parte en la que la acción y los sucesos se ralentizan en favor del desarrollo de los personajes. Y que, aunque me ha gustado, sí que se puede hacer algo más pesado. No es algo que me haya molestado, porque, como ya os he dicho, este libro me ha enganchado cosa mala, pero precisamente por eso lo he notado más. Necesitaba que avanzase, saber qué iba a pasar a continuación y ese pequeño bajón me distrajo un poco. De hecho, creo que esta es la única pega que puedo ponerle al libro.

Es un libro relativamente cortito. Aunque tenga más de trescientas páginas, se lee bastante rápido ya que la historia no tarda en enganchar, al menos a mí, y cuando quieres darte cuenta ya has pasado el ecuador del libro. Pero no solo la acción es llamativa, en realidad han sido estos personajes, que me han atrapado. Sus problemas, sus conflictos, sus historias… Realmente no sé muy bien como transmitíroslo, y me frustro, porque es un libro excelente, con una trama que me ha parecido muy original, pero me faltan palabras para transmitirlo.

Como os comenté en el primer libro, Cooper no es mucho de parar la acción para explicarnos las cosas. En esto, la información nos llega de forma muy natural. Me ha dado la impresión de ir aprendiendo cada vez más de este mundo sin que realmente me diera cuenta de ello. En mi caso no he notado esos diálogos forzosos en los que los personajes recuerdan cosas "innecesarias" o se dicen otras que es obvio que deben saber. En otros momentos, juega con el desconocimiento de los propios personajes para ir descubriendo determinadas cosas con ellos.

También quiero destacar la evolución de los personajes en este libro. Sobre todo, de Tarod y Cyllan. Tarod ya evolucionó muchísimo en el primer libro. Pero eso, en parte, era porque estaba creciendo ya que le conoecmos siendo apenas un niño. Después de los acontecimientos del primer libro, Tarod no puede ser el mismo, ni tener las mismas creencias, y todo eso le cambia. Ahora podemos conocer a un Tarod diferente, pero no solo eso, sino que también ira evolucionando en este libro debido a la influencia de Drachea y Cyllan.

Y por supuesto la propia Cyllan, que ha pasado de ser una chica de familia pobre, que no se considera especialmente guapa, a estar en medio de una trama que, por su importancia, parece que le queda grande. Eso sí, no pasa de ser una chica de pueblo, tímida e inculta a ser la super heroína, inteligente y brillante que salve el mundo. Siempre mantiene la esencia de su personaje, de una forma muy coherente, pero tiene unos toques en los que podemos ver diferencias.

Uno de los temas principales del libro, con el cual he disfrutado mucho es la confianza y la lealtad. Poder ir viendo como se forjan alianzas y se rompen, como los personajes van confiando unos en otros y olvidando antiguos resentimientos, o al revés, ha sido increíble. Es innegable que me encantan estas tramas más psicológicas, por llamarlas de alguna forma, que involucran a los personajes y les obligan a contarnos sus pensamientos para que los conozcamos mejor.

Después de ese bajón a la mitad el libro comienza a coger velocidad y a engancharme de nuevo hasta el final. Y ¡qué final! No podía dejar de leer. Normalmente suelo leer de madrugada, y hasta que no terminé el libro no me fui a dormir. Es más, el día siguiente salí a la biblioteca a por la última parte. Y es que aunque no se trate de un final que te deje en vilo, sin saber que va a suceder después, y me haya dado sensación de cierre… era una necesidad imperiosa.

El proscrito ha superado mis expectativas de El iniciado, el primer volumen de la saga. Sobre todo porque Tarod sigue sin ser un personaje que podríamos llamar común. Se sale de la norma por completo. El libro tiene, tanto acción y una sucesión de acontecimientos sin tregua, como personajes en constante evolución. Además, uno de los temas centrales de este libro es la lealtad y la confianza por lo que en el aspecto psicológico les conocemos mucho mejor. Una continuación que se he leído muy rápido y que, a pesar de un final con sensación de cierre, te hará querer leer el tercero y último volumen de la saga tan pronto como sea posible.